Header image
Página de Inicio Mis Escritos

Colección de El Mensajero

Epistolario Mensajes en Audio Biografía
   
 
 

CARTAS DE LUCIA A VENTURA

Playa de Baracoa, agosto 23 de 1959

 

Ventura Luis

 

Príncipe de mis ilusiones.

Te saludo en el nombre del Señor rogando a Él te sientas ya saludable y muy animado para hacer la obra de Dios.

Pues ahora acabo de recibir tu carta, la que tanto esperaba hacía varios días.

Mi amor, no sabes que tu novia se enfermó el día 18 de este mes y pasé como cinco días bastante mal de un catarro fuerte y mucha fiebre, y dolor en todo el cuerpo; parece que tu enfermedad se me pegó a mí, pero ya hoy domingo estoy bien, gracias a Dios. El apóstol oro por mí y me sané.

Yo me enfermé en Rincón Hondo, y así, con bastante fiebre, vine para acá; figúrate como yo venía, quejándome y de lo más mal, pero cada vez que pensaba en ti y recordaba los momentos que pasamos en la conferencia, tan agradables, se me olvidaba todo lo que tenía.

Hay algunas personas que dicen que en el roce está el cariño, es decir, que dos personas para llegarse a querer de verdad necesitan estar juntas, y si no verse muy a menudo; pero yo, aunque hace tanto tiempo que no te veo, y aunque estás tan lejos, me parece que todos los días te veo en el pensamiento, y siento un amor tan profundo hacia ti que creo que nadie, si Dios lo permite, lo hará borrar. Cada vez que me siento triste, porque siento deseos de verte, tomo tus cariñosas cartas y las leo todas, y entonces me siento consolada.

Pocas son las veces que he pensado en los hijos que Dios nos dará, pero sí te digo que (los niños) me agradan mucho, y si los de otras personas me agradan tanto, creo que los míos me agradarán más. ¿Verdad mi amor? No me gustaría tener muchos, pero dos sí, una hembrita y un varoncito. (Me parece verte como te ríes con esto), yo también me estoy riendo haciendo la carta.

Yo pensaba que nosotros íbamos a pasar la reunión de ungidos allá, y resulta que no es así, pues hasta que Niní dé a luz no vamos para allá. Mi vida, nosotros no vamos a tener suerte para vernos, según entiendo, porque cuando ustedes vengan ya nosotros vamos para allá, pero todo está en las manos de Dios, así es que tengamos paciencia.

Óyeme, cuando yo vaya a México me voy a quedar por allá, ¿sabes? A lo mejor de eso te alegres tú ¿no es así? ¡Ja, ja! (esto es una broma, no te vayas a poner bravo).

Bueno, pues de tu familia te diré que creo todos están contentos conmigo y se portaron muy bien. Tu hermano Luis me mortificó muchísimo, y me dijo: “Yo creo que mi papá es medio profeta”. ¡Qué muchacho más tremendo! No se parece en nada a ti. Conocí a tu hermanito Neno, que no lo conocía; se parece mucho a ti en el físico nada más, en las formas no. Tu hermanito más chico también es muy cariñoso y me llevó la maleta a la carretera, y tu papá, figúrate como estaría, no me quería soltar. Quería ponerme de todas formas de secretaria de la Reforma Agraria, y yo sólo lo que hacía era reír con sus cosas. Y de tu mamá para que contarte las atenciones que usó conmigo y lo cariñosa que es. Te digo que ella es una madre muy cariñosa, te quiere con todo su corazón.

Del culto que celebramos allá especial te diré que fue bastante hermoso, y la iglesia se llenó. Se dieron como tres o cuatro cultos, todos quedaron muy animados; tu mamá fue a todos.

A casa de tus tías no pude ir por falta de tiempo, pues Luis nada más me dejó llegar a casa de tu abuelita un momento, así es que figúrate.

Quiero hacerte una pregunta: ¿Por qué causa es que tú me escribes tan poco a mí? Y luego me quedo con deseos de seguir leyendo, y figúrate, tengo entonces que volverla a leer. Bueno, mi amor, haz como tú quieras, yo no puedo mandar en esas cosas, ¿verdad? Voy a orar para que Dios nos ayude, como tú dices, y todo venga como la voluntad de Dios lo permita

Óyeme, Orestes Castillo me preguntó que si tú le habías escrito; parece que quiere que tú le escribas a él también. Estuvo malo, pero ya está bien. Casi todos los juveniles nos enfermamos juntos, pero ya estamos bien, gracias a Dios.

Bueno, mi vida, perdóname que te diga eso de que me escribes tan poco, ¿me perdonas?

Saluda a todos los hermanos de esa, y tú recibes el cariño de quien te ama con el más puro amor. Tuya para siempre,

Lucía González

 

Notas: Me contestas aquí otra vez. Adiós, mi amor. ¿Conoces esa flor? Es un lirio. Agustina te saluda, ella está medio mala. Heriberto te saluda, dice que ores por él, que está estudiando música y tiene la cabeza un poco dura. La mexicana te saluda.